Por Jaime Sánchez
Empecemos por el concepto
Desde el punto de vista meramente lingüístico o etimológico cleptocracia proviene de los vocablos clepto, que significa robo, y cracia: poder.
Bajo el enfoque sociológico, cleptocracia es el “sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos” (RAE, 2020). Consecuentemente, cleptocracia no es más que el “dominio de los ladrones”, lo que viene a ser su sinónimo.
Síntomas – características
El síntoma más sencillo para saber si una sociedad vive en una cleptocracia es que exista impunidad en evidentes casos de corrupción. Esto sucede cuando esta forma de poder se ha institucionalizado en la administración pública -hasta en la privada-; por ejemplo:
- Las leyes y regulaciones permiten diversas prácticas corruptas, de tal forma que el “robo” termina siendo “legal”, sin que exista forma judicial de castigo por extremas e inconcebibles garantías;
- Las investigaciones se obstaculizan por cualquier medio;
- En los procesos clave de trabajo no existen eficientes controles antifraude;
- Las regulaciones de control son dispersas, extensas (hasta interminables), contradictorias y confusas.
La cleptocracia aparece cuando un equipo completo de cleptómanos -generalmente aspirantes políticos- llega al poder. Cuando lo hacen, ellos adecuan la legislación para que sus conductas anti éticas (o las de sus secuaces) y comportamientos fraudulentos no sean perseguidos, en lugar de servir a la ciudadanía como se supone que deben hacerlo.
Clientelismo
Ese grupo se fortalece con otros políticos corruptos y con el clientelismo que los eligió, a cambio de puestos y repartos. De ahí que es legal que los candidatos a las dignidades no deban reunir el mínimo de requisitos, no solo profesionales, sino éticos. En cada cambio de dignidades, la cleptocracia evoluciona y “mejora” su sistema, hasta el punto en que rebasa la capacidad y facultad de control por la institucionalidad honesta del control y fiscalización independientes. Jenaro Villamil, en su libro “Cleptocracia”, asegura que cuando se ha “institucionalizando el robo a costa de una constante simulación de legalidad” esa sociedad vive una “cleptocracia”. |
Impunidad
Saber el significado de este sistema de autoridad ayuda a conocer a qué mal se está enfrentando la sociedad y a comprender las razones del por qué las expectativas de la ciudadanía honesta no se satisfacen. En efecto, las personas honestas que quieren combatir a estos actos se enfrentan a esta barrera y protección de esta mafia, llegan, lamentablemente, a la conclusión de determinar que “el robo fue legal”, por ejemplo, valdría preguntarse cosas como las siguientes (ejemplos de cleptocracia):
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En las ciencias administrativas hay un dicho que calza a la perfección:
“lo que no se mide no se controla y lo que no se controla no se mejora”.
Mientras no exista un indicador que mida objetivamente el nivel de corrupción, que se alimente con datos transparentes y accesibles, seguiremos como estamos o, quizás, peor.
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Saludos,
Jaime
Fuentes:
https://www.transparency.org/en/news/who-is-opening-the-gates-for-kleptocrats
www.rae.es
https://books.google.com.ec/books/about/Cleptocracia.html?id=9wJRDwAAQBAJ&printsec=frontcover&source=kp_read_button&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false
Muy clara descripción de nuestra sociedad!